One month after the tragic incident in the INAMI detention center in Ciudad Juárez

One month after the tragic incident in the INAMI detention center in Ciudad Juárez

The tragic incident that occurred a month ago at the INAMI detention center in Juarez, which resulted in the death of 40 migrant men, most of whom were indigenous youth, was a preventable disaster. Despite the media’s initial coverage, attention on this matter has dwindled over time, leaving many feeling forgotten. The lives of these individuals are not disposable, and justice and accountability must be served. The fact that people are still camping outside of the facility, demanding answers and justice, is a testament to their resilience and determination to keep the issue at the forefront of public consciousness.

It is crucial to recognize that the plight of migrants is ongoing, and these tragedies will continue to occur until meaningful action is taken. The families of the victims deserve closure, and those responsible for this tragedy must be held accountable for their actions. Furthermore, we must continue to bring attention to the systemic issues that perpetuate these injustices, including the criminalization and mistreatment of migrants. We must work towards a more just and equitable society where every individual is treated with the dignity and respect they deserve, regardless of their immigration status.

A un mes del trágico incidente en el centro de detención del INAMI, en Ciudad Juárez

El trágico incidente ocurrido hace un mes en el centro de detención del INAMI, en Ciudad Juárez, Chihuahua, que resultó en la muerte de 40 hombres migrantes, en su mayoría jóvenes indígenas, fue un desastre prevenible. A pesar de la cobertura inicial de los medios, la atención sobre este asunto ha disminuido con el tiempo, dejando a muchos sintiéndose olvidados. Las vidas de estas personas no son desechables, y se debe hacer justicia y rendir cuentas. El hecho de que la gente todavía esté acampando fuera de las instalaciones, exigiendo respuestas y justicia, es un testimonio de su resiliencia y determinación para mantener el problema a la vanguardia de la conciencia pública.

Es crucial reconocer que la difícil situación de los migrantes continúa, y estas tragedias continuarán ocurriendo hasta que se tomen medidas significativas. Las familias de las víctimas merecen un cierre, y los responsables de esta tragedia deben rendir cuentas por sus acciones. Además, debemos continuar llamando la atención sobre los problemas sistémicos que perpetúan estas injusticias, incluida la criminalización y el maltrato de los migrantes. Debemos trabajar por una sociedad más justa y equitativa donde cada individuo sea tratado con la dignidad y el respeto que merece, independientemente de su estatus migratorio.