Casa Scalabrini-centro de pastoral migratoria: un proyecto de promoción y atención a migrantes en Guadalajara

La migración, es sin duda, uno de los fenómenos sociales que caracterizan nuestro tiempo. Como nunca antes, nos impacta leer, ver o escuchar noticias que narran los dramas de niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres en edad productiva que huyen desesperadamente de sus lugares de origen prácticamente para salvar su vida. Las imágenes sobre migrantes que proyectan los medios de comunicación resultan como un golpe a nuestra consciencia. Sin embargo, es necesario pasar de la conmoción a la acción.

LA MIGRACIÓN ACTUAL EN LAS CIUDADES DEL CENTRO DE MÉXICO

Por mucho tiempo se consideraba que la migración en México era un fenómeno que se limitaba a las fronteras y algunas regiones que tradicionalmente enviaban migrantes a Estados Unidos. En tiempos recientes, los habitantes de distintas ciudades del centro del país, por dónde pasa el tren, como Querétaro, Aguascalientes, Irapuato, Guadalajara y Tepic (por mencionar algunas), han sido testigos de los esfuerzos de muchos centroamericanos que buscando “nuevas rutas” intentan llegar a través de “la bestia” a la frontera norte de México con la esperanza de poder cruzar a los Estados Unidos.

Aunque en estas ciudades se ha vuelto común ver a personas que con mochila y cobija en la espalada, y frecuentemente con una copia de algún documento que prueba su identidad, apelan a la solidaridad de los ciudadanos para continuar su viaje hacia la frontera; la mayor parte de las personas que cruzan por México con la esperanza de llegar a los Estados Unidos no se hacen visibles por temor a ser deportados. En muchos casos, quienes quieren asegurarse de llegar con bien a su destino pagan a alguien que los “guíe” para evitar tanto controles policiacos como a las mafias. Estos migrantes que prefieren pasar desapercibidos, en algunas ocasiones, se vuelven visibles cuando son traicionados por sus “guías” y quedan desprotegidos: decepcionados y vulnerables. La migración y sus dinámicas son complejas, para una mejor comprensión de ella es necesario salir de los discursos de sentido común promovidos por varios medios de comunicación que abordan la migración como un “problema” más que como un fenómeno social que tiene distintas dimensiones.

La migración es una consecuencia, entre muchas otras, de las condiciones estructurales de pobreza, exclusión y vulnerabilidad que experimentan regiones del mundo poco desarrolladas. Desde la última década del siglo XX, el modelo económico-político neoliberal; caracterizado por la libre movilidad de mercancías y recursos financieros, y la restricción de la movilidad de personas; ha generado la concentración de riquezas y oportunidades en pocas manos y en pocas regiones del mundo.  Ante la falta de oportunidades para vivir dignamente en sus lugares de origen, la escasez de empleos y la exclusión social y escolar; la migración se convierte en una estrategia para buscar mejores oportunidades de vida, a la que recurren principalmente jóvenes, varones y mujeres, en edad productiva, así como niños, niñas y adolescentes, que en algunos casos se insertan dentro del fenómeno de menores en situación de calle. En la actualidad, es un desafío para los gobiernos, para la sociedad civil y para la Iglesia, la protección de los migrantes que por su condición y circunstancias son más vulnerables y expuestos a ser víctimas de abusos, maltratos y discriminación.

RESPUESTAS DE LA IGLESIA A LAS NECESIDADES DE LOS MIGRANTES

Desde finales del siglo XIX, época en que se intensificó el éxodo principalmente, aunque no exclusivamente, de migrantes europeos a las Américas, la Iglesia Católica se ha ocupado de proteger y atender de forma integral a las necesidades de los migrantes en los lugares de origen, de tránsito y de destino. Uno de los principales precursores de la atención pastoral de la Iglesia a las necesidades de los migrantes fue el Beato Juan Bautista Scalabrini, quien es conocido como “el Padre de los migrantes”. Se comprometió en la sensibilización de los distintos actores de la sociedad y la Iglesia de su época con respecto a las necesidades concretas de los migrantes, promovió el debate político y planteó propuestas concretas de acción que abarcaran el fenómeno migratorio en todas sus dimensiones: social, económico, cultural y religioso. Promovió la creación de comités de laicos para afrontar las necesidades sociales de los migrantes y fundó una congregación religiosa masculina y otra femenina para la atención pastoral de los migrantes que aborden tanto lo social como lo espiritual.

Herederos de la tradición Scalabriniana, los misioneros de San Carlos – Scalabrinianos atendemos integralmente las necesidades humanas, sociales y religiosas de los migrantes y promovemos su dignidad y sus derechos en los países donde estamos presentes. En Guadalajara desde 1980, tenemos una casa de formación para jóvenes que desean consagrar su vida, como misioneros religiosos o laicos/as scalabrinianos, al servicio del Evangelio, de la Iglesia y  de los migrantes. Ante las nuevas circunstancias de los migrantes en esta ciudad, queremos contribuir tanto a la sensibilización de los distintos actores de la sociedad y de la Iglesia sobre las necesidades de los migrantes como a la atención integral de los migrantes que son más expuestos a ser víctimas de abusos y maltratos.

PROYECTO “CASA SCALABRINI- CENTRO DE PASTORAL MIGRATORIA”,  EN GUADALAJARA

Aunque en los últimos cuatro años, como consecuencia del incremento de migrantes que viajan en “la bestia”, se han multiplicado en la ciudad de Guadalajara las organizaciones que les brindan ayuda humanitaria, ésta se dirige principalmente a quienes van de paso. Quedan sin asistencia quienes no pueden continuar su camino. Los motivos por los cuales interrumpen el viaje son diversos: problemas de salud, haber sido víctima de abusos y violaciones, o vivir situaciones de riesgo que necesiten un acompañamiento prolongado y profesional.

Por este motivo desde unos meses ha surgido en Guadalajara la “Casa Scalabrini”-Centro de Pastoral Migratoria, patrocinada por la Casa del Migrante en Tijuana, A.C. y  miembro de la Red Casas del Migrante Scalabrini. Esta nueva misión cuenta con el apoyo de la “Scalabrini International Migration Network” (SIMN), una organización no gubernamental que agrupa a más de 250 obras de la Congregación de los Misioneros de San Carlos – Scalabrinianos que sirven y promueven la dignidad de los migrantes alrededor del mundo.

Nuestros servicios son dirigidos a toda persona migrante, sin distinción de sexo, nacionalidad, religión y condición socio-política, que presente alguna dificultad que le impida continuar su camino. El acceso de los migrantes a los servicios de la Casa Scalabrini será a través de la derivación de instituciones gubernamentales y de la sociedad civil con las cuales nos coordinaremos para una ayuda adecuada de acuerdo a los nuestros criterios de admisión. La particularidad de nuestra Institución se da por brindar una atención integral a la  persona que necesite un apoyo profesional y un tiempo prudencial de asistencia para retomar su camino. Toda atención es completamente gratuita. Estamos en  continuidad con el modelo pastoral de la Red Casas del Migrante Scalabrini, y en sintonía profunda con nuestros orígenes y el carisma de nuestro fundador, el Beato Juan Bautista Scalabrini, padre de los migrantes. La característica de nuestra intervención es específica, integral y permanente, y por eso la cantidad de migrantes asistidos simultáneamente será limitada a la capacidad de la casa.

Así mismo, deseamos que desde sus oficinas  la Casa Scalabrini-Centro de Pastoral Migratoria desarrolle progresivamente algunas actividades con el objetivo de incidir, sensibilizar y concientizar a la Iglesia, a los gobiernos y a la sociedad en general sobre el fenómeno migratorio creando una cultura de respeto y solidaridad hacia la población migrante, mediante una pastoral migratoria orgánica e integral en y desde el fenómeno migratorio.

MIRANDO HACIA EL FUTURO

Agradecemos a todas las personas e instituciones que han confiado en nuestra experiencia e intuición en el servicio los migrantes. Tenemos la esperanza que este proyecto, que aún se encuentra en su etapa inicial, pueda contribuir a satisfacer las necesidades de los migrantes más vulnerables que  transitan por la zona metropolitana de Guadalajara y necesitan de una atención integral, gratuita y específica. También confiamos en poder contribuir, desde nuestra fe en Cristo, el Señor que muestra su compasión a quienes se sienten solos y desprotegidos, a una mejor comprensión del fenómeno migratorio y a la promoción de los derechos y la dignidad de las y los migrantes.