Cúcuta, 14 de febrero de 2020 – “Otra vez tuve que migrar porque soy madre y padre para mis tres hijos”, con estas palabras inicia el relato; y es que emprender un viaje a un lugar desconocido también es de valientes, y mucho más cuando se deja a la familia y seres queridos sin saber cuándo se volverán a ver. En cada maleta y en cada mirada que llegan y salen del Centro de Migraciones