Porto Alegre, Brasil, enero de 2021 – Brasil está con los brazos abiertos para recibir a los migrantes de todas las nacionalidades. La Nueva Ley de Migración 13.445, redactada en base a la constitución federal y de los derechos humanos, es un avance en la legislación brasileña sobre migración abriendo las fronteras, acogiendo a los migrantes y generando nuevas oportunidades en el mercado laboral.
A diferencia de lo que mucha gente piensa y dice, Brasil recibe cientos de migrantes todos los días porque la Nueva Ley de Migración ha abierto las fronteras para diferentes nacionalidades. Según datos del Observatorio Internacional de Migraciones – OBMigra, Brasil recibió 774.200 inmigrantes en 2019, pero estima que actualmente tiene más de un millón de migrantes. Por ejemplo, en CIBAI Migraciones[1] en la ciudad de Porto Alegre en el Estado de Rio Grande do Sul, Brasil, pasaron 36 nacionalidades en 2020 y en 2019 pasaron 52 nacionalidades. Se estima que el municipio cuenta con 40 mil personas migrantes.
Cuando los migrantes llegan por aire, mar o tierra, son recibidos por las autoridades brasileñas y encaminados para documentación. Luego de unos días reciben los documentos y con eso, las personas migrantes tienen los mismos derechos que los ciudadanos brasileños, menos el derecho a votar y ser elegidos (al principio). No todo es un mar de rosas. Aún tenemos que mejorar mucho en nuestra acogida, porque la mayoría de los migrantes caen en la invisibilidad, por el morosidad en la renovación de documentos y las consecuencias del desempleo.
Muchos brasileños piensan que los migrantes vienen a robarles su trabajo, pero la gran verdad es que vienen para sumarse a la fuerza laboral, y además, vienen a enriquecer a la sociedad con la nueva cultura, con la mentalidad de vencedores, con una nueva forma de trabajar, hacer y vivir, con la creación de nuevas fuentes de trabajo con empresas específicas. El proceso de integración está muy avanzado con el programa del gobierno federal junto con OIM y ACNUR para interiorizar a los migrantes en los diferentes Estados del país, pero además, no podemos ignorar que los migrantes sufren xenofobia, indiferencia y explotación. De esta manera, el trabajo de las instituciones de la sociedad civil, como CIBAI Migraciones, tiene la tarea de sensibilizar a los brasileños e incidir políticamente (advocacy) en diferentes esferas del poder público y del sector privado.
Los migrantes necesitan ayuda inicial porque llegan al país con escasos recursos económicos, pero lo que más necesitan es trabajo. En este sentido la ayuda ofrecida por CIBAI Migraciones es sorprendente. En 2020 se donaron 5.330 bolsas de alimentos, 4.710 kits de limpieza e higiene personal, 7.600 mascarillas, 1.161 litros de leche y 34.160 pañales para los niños, 156 mantas, 2.600 migrantes beneficiados con ropa, 1.575 personas recibieron ayuda con la documentación, 12 familias se beneficiaron del alquiler y muchos más servicios y ayudas ofrecidas a los migrantes. Incluso en tiempos difíciles en el año 2020, debido a la pandemia de Covid19, tuvimos 13,311 atendimientos. Brasil recibe, acoge e integra a los migrantes porque tienen instituciones y personas de Buena Voluntad que trabajan incansablemente para hacer el bien a las personas.
¡Dios es bueno todo el tiempo! ¡Todo el tiempo Dios es bueno!
P. Anderson L Hammes, c.s.
Párroco y Director
[1] El Centro Italo Brasileño de Asistencia e Instrucción para las Migraciones – CIBAI Migraciones – también conocido como Misión Pompeya, fue fundado en 1958 por los Misioneros de São Carlos – Scalabrinianos – con la Misión de acoger, proteger, promover, integrar y celebrar con los migrantes. La Institución recibe, acoge e integra a los migrantes sin distinción de etnia, religión, política, identidad de género, color o clase social. Todos los servicios son gratuitos. CIBAI Migrações es miembro de la Red Internacional de Migración Scalabrini (SIMN).