El 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara, patrona de la Armada y de los bomberos, la Catedral de Rávena acogió una concurrida celebración conjunta presidida por el Arzobispo de Rávena-Cervia, Monseñor Lorenzo Ghizzoni. La misa reunió a las más altas autoridades civiles y militares de la ciudad: el alcalde, el prefecto, el fiscal, los comandantes provinciales de los diversos cuerpos del Estado, así como una amplia representación de la Autoridad Portuaria-Guardia Costera y del Mando Provincial de Bomberos.
«Coraje y Altruismo»: Los Premios 2025
Durante la ceremonia, se entregaron seis premios a personas y organizaciones que se han distinguido por su dedicación y servicio en los sectores de la seguridad marítima y pública. Entre los galardonados se encontraba el Padre Vincenzo Tomaiuoli, misionero scalabriniano y presidente de Stella Maris Ravenna.
Las placas fueron entregadas por el Arzobispo Ghizzoni, el Prefecto Raffaele Ricciardi y el Alcalde de Rávena, Alessandro Barattoni. El acto concluyó con las palabras de agradecimiento del Comandante Provincial de Bomberos, Antonio Petitto, y del Capitán Maurizio Tattoli, Director Marítimo de Emilia-Romaña y Comandante de la Autoridad Portuaria, quienes agradecieron a todos aquellos que trabajan diariamente con profesionalidad y sacrificio para salvaguardar a la comunidad.
Reconocimiento al Padre Tomaiuoli y a Stella Maris
El Padre Vincenzo Tomaiuoli, director de la Oficina Diocesana para la Pastoral de los Migrantes y del Apostolado del Mar, y presidente de Stella Maris Ravenna, recibió el primer premio de la ceremonia. La mención destacaba su “incansable compromiso con la asistencia social y espiritual de la gente de mar” y su larga dedicación a la acogida y el apoyo a marineros, pescadores y sus familias, un servicio descrito como un “ejemplo brillante de solidaridad y humanidad”.
Palabras del Padre Tomaiuoli
Al recibir el premio de manos del Arzobispo, el Padre Tomaiuoli expresó su gratitud:
“Lo considero un reconocimiento para la Archidiócesis, para los capellanes y presidentes de Stella Maris en Rávena, así como para los muchos voluntarios que, con discreta e incansable dedicación, han contribuido a escribir la historia de esta obra diocesana al servicio de la gente de mar”, dijo el Padre Tomaiuoli tras recibir la placa del Arzobispo.
Sus palabras recordaron la larga tradición de hospitalidad, apoyo humano y atención espiritual que se ofrece a la vasta comunidad de marineros que transitan por el puerto de Rávena cada año.
Una misión que continúa
Este reconocimiento honra no solo al Padre Tomaiuoli, sino a toda la misión de Stella Maris Ravenna, que ha brindado apoyo a marineros de todo el mundo durante décadas. En un entorno a menudo marcado por el aislamiento, la distancia de la familia y las difíciles condiciones laborales, Stella Maris, a través de sus capellanes y voluntarios, sigue siendo una presencia vital que ofrece humanidad, escucha y solidaridad.




