Washington DC, 10 de julio, 2014 – Entre el 7 y 10 de julio de 2014, fue celebrada la 14ª Conferencia Nacional de Migración, organizada por la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, la Red Legal Católica de Inmigración (CLINIC) y el Servicio de Caridad Católica de Estados Unidos (CRS).
La Conferencia Nacional de Migración tiene por objeto fortalecer y mejorar la capacidad de las entidades católicas en el servicio a los migrantes, refugiados y víctimas de trata, para que tengan una vida más digna; a la vez busca asegurar por todos los medios posibles el respeto de sus derechos como personas.
Compartir la Doctrina Católica sobre la migración y su aplicación en conjunto con todos los actores involucrados en la ayuda de los migrantes, así como las experiencias de protección de éstos a nivel nacional e internacional fueron los temas más destacados del evento. Por tratarse de un evento Católico, se destacaron también los temas de capacitación de líderes diocesanos y parroquiales para servir a migrantes y refugiados, además del involucramiento de los actores de la sociedad civil, que junto a la Iglesia están comprometidos en la ayuda de millones de personas que son víctimas de situaciones de abuso, indiferencia y falta de aseguramiento de sus derechos básicos.
La Conferencia, en la cual participaron cerca de 900 representantes de entidades católicas, organizaciones de la sociedad civil y del gobierno de Estados Unidos, se celebró en el contexto de la falta de acuerdo en la cámara de representantes sobre la reforma migratoria y la crisis humanitaria de los menores migrantes no acompañados que siguen llegando en Estados Unidos.
“Como el Arzobispo de Tegucigalpa, el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, bien subrayó durante el evento, debemos estar todo el tiempo preguntándonos ¿qué estamos haciendo para ayudar a los migrantes? El Cardenal Maradiaga expresaba que “mientras la marina italiana está recuperando cadáveres del Mediterráneo y miles están muriendo en las arenas del desierto entre México y Estados Unidos, muchas personas entierran sus cabezas en la arena”. El SIMN, fiel a su propósito, está siempre comprometido y colaborando con las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos en la defensa y promoción de la dignidad de las personas migrantes. Como el propio Papa Francisco expresaba en su visita a la Isla de Lampedusa: “debemos abandonar la globalización de la indiferencia” – Padre Leonir Chiarello, Director Ejecutivo del SIMN.