El pasado 20 de septiembre los Estados Unidos y otras naciones fueron anfitriones de una Cumbre de Líderes con el fin de discutir la crisis mundial de refugiados y cómo las naciones pueden incrementar sus compromisos para la protección de los éstos a nivel mundial.
Antes de dicha Cumbre, expertos, académicos y la sociedad civil se reunieron online y en persona para realizar una “cumbre no oficial” desde el Centro de Estudios Migratorios de New York (CMS, por sus siglas en inglés) entre 8:30 y 11 de la mañana.
En el evento se trabajó sobre los expedientes de Estados Unidos, en su propia casa, específicamente en lo que se refiere a los niños no acompañados y a las familias que huyen de la violencia en el Triángulo de Centroamérica. Los ponentes evaluaron las políticas de los Estados Unidos desde una perspectiva humanitaria, examinando los factores de expulsión, las necesidades de protección y el impacto de las estrategias de disuasión.