Tijuana, México, 3 de julio de 2019 – Desde hace varios meses la ciudad de Tijuana vive dentro de una Tormenta Perfecta, somos testigos de múltiples hechos que por separado ya resultan preocupantes, pero, cuando coinciden en un momento y lugar, dan por resultado acontecimientos explosivos y lamentables: Personas siguen siendo deportadas todos los días; Trump lanza amenaza de deportar millones de personas después del 4 de Julio; López Obrador manda más de 15 mil agentes de la Guardia Nacional para “proteger migrantes”; personas de Centroamérica y África continúan llegando a nuestras puertas; el Gobierno de México mantiene su postura de no proporcionar apoyo a Organizaciones Civiles; cientos de niños, niñas y adolescentes siguen viviendo dentro de centros de detención en condiciones deplorables y; finalmente, los Estados Unidos continúan con su política de retorno de solicitantes de asilo a México mientras vivimos en épocas de extrema violencia, inseguridad, pobreza y desigualdad. Todos estos hechos son elementos que suman lo que llamamos una Tormenta Perfecta, que desemboca en la crisis que se experimenta en diferentes partes de la Frontera.
Como católicos, nuestra Fe nos dice que ante el miedo, la duda e incertidumbre debemos acércanos e implorar ayuda de Dios, debemos confiar en Él. ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!1. Por este motivo llamamos a un momento de Oración y Solidaridad hacia nuestros hermanos migrantes. Este jueves 04 de Julio, 35 Sacerdotes de la Comunidad de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos) provenientes de diferentes Misiones de ayuda humanitaria a migrantes en Latinoamérica, nos reuniremos a orar en el muro fronterizo ante el odio y la indiferencia que separa y destruye las esperanzas de miles de familias.
Los Misioneros Scalabrinianos nos unimos en la Fe representando las múltiples Tormentas que se viven en otros países, que al igual que nosotros viven tiempos de crisis; Colombia, Guatemala, Haití, Brasil, entre otros. Buscamos soluciones humanas a esta crisis humanitaria fuera de control. Nuestro Papa nos lo ha dicho:
“Se trata, entonces, de que nosotros seamos los primeros en verlo y así podamos ayudar a los otros a ver en el emigrante y en el refugiado no sólo un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados, una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, de acuerdo con el Evangelio” (Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2014).
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1 Mateo 14,27
Valeria Ruiz Griego
Casa del Migrante en Tijuana