Las personas en movilidad son altamente vulnerables a ser víctimas de la trata de personas. A menudo utilizan intermediarios laborales corruptos para encontrar trabajo, asumen deudas significativas, carecen de documentación adecuada y no entienden sus derechos. El SIMN lleva a cabo programas educativos en Taiwán y Filipinas para pescadores migrantes en riesgo de tráfico; mientras que los cursos de formación profesional en Brasil, Colombia, Chile, Italia, Suráfrica y otros lugares ayudan a las personas en movilidad a navegar por el proceso ético de reclutamiento y empleo. Al hacerlo, el SIMN rompe el ciclo de la esclavitud impidiendo, en primer lugar, que suceda.
